Construida a partir de una introducción, cinco partes y un epílogo, Hit es una propuesta de documental musical que destaca un puñado de canciones populares uruguayas de la segunda mitad del siglo XX. Claudia Abend y Adriana Loeff, que encararon este trabajo como parte de su tesis de licenciatura en comunicación (Abend hizo especialización en cine y Loeff en periodismo), se guiaron por una pregunta concreta en la investigación: ¿Qué debe tener una canción para sobrevivir y trascender al paso del tiempo?
Los temas que transita la película son: Río de los pájaros, de Aníbal Sampayo; Break it all, de los Shakers; Príncipe azul, de Horacio Buscaglia y Eduardo Mateo; A redoblar, de Mauricio Ubal y Rubén Olivera; y Brindis por Pierrot, de Jaime Ross. Aquí surgen los primeros interrogantes: ¿es que no había hits antes de la segunda mitad del siglo XX? ¿No tuvo música representativa el Uruguay de antaño? Además: ¿estos son realmente los cinco hits orientales de la segunda mitad del siglo pasado? ¿Qué pasa con las creaciones de Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti y Los Olimareños? ¿Por qué semejante ausencia del tango? Las directoras nos cuentan varias historias en el mismo relato. Primero, la macrohistoria de la música uruguaya, erigiendo una ficción absoluta, evidente desde las marcas de la enunciación: “Había una vez un país…” pujante y de gente muy feliz, pero al que le faltaba su propia música. Esta fábula del país sin melodía original da pie al inicio del recorrido, a las pequeñas historias que se narran sobre cada canción elegida como representativa de una época. A partir de entonces, las canciones se convierten en un pretexto. Ellas permiten que nos asomemos a tiempos concretos en la vida de sus creadores, a los diferentes contextos sociales y momentos políticos; a los artistas, a sus mundos creativos y a sus expectativas. La forma elegida para hacer visible estas historias implica combinar en una investigación los temas musicales con las entrevistas y el material de archivo.
En cuanto a la enunciación, abundan marcas que remiten a cierto contagio de géneros televisivos, como ser la pantalla partida o los sobreimpresos explicativos del estilo “Este es fulano”, “Acá ocurre tal cosa”, etc. Por momentos, estos sobreimpresos explotan exageradamente su función, tiñéndose de sentimentalismo: algunos de los entrevistados ya han muerto, como Aníbal Sampayo y Horacio Buscaglia, y los carteles indican “esta fue la última vez que cantó su canción” (por Sampayo y Río de los pájaros), o “Meses después de filmar esta entrevista, a Horacio Buscaglia le diagnosticaron cáncer” (en el capítulo de Príncipe azul). Por otro lado, estos hechos implican que, a pesar de ser una producción reciente, Hit se recarga (y posiblemente lo hará aún más con el tiempo) de un indiscutible valor antropológico. Se convierte en memoria fílmica, y en uno de los pocos discursos en los que intervienen semejantes voces artísticas de la costa uruguaya, reflexionando sobre sus propios modos de hacer y sobre las obras que ya forman parte del imaginario colectivo. En general se utilizan dos cámaras fijas, aunque por momentos hay movimientos de cámara en mano que aportan una cuota de desprolijidad, que no llega a enturbiar el montaje cuidadoso. La buena calidad del sonido es otro de los pilares esenciales en la narración de cada capítulo.
La primera parte, “Capaz que la escuché alguna vez”, remite a la infancia: un hombre (Aníbal Sampayo) que decidió escribir una canción, que las nuevas generaciones conocen vagamente, como esos recuerdos lejanos del tiempo escolar. Y es precisamente un coro de niños con guardapolvos los que interpretan Río de los pájaros, a pesar de no formar parte del repertorio del coro.
El segundo hit tiene que ver con la rebeldía adolescente que marca para el resto de la vida. “Los indios le entregaron América a los ingleses” hace referencia al contrato leonino que firmaron los Shakers con los empresarios cuando grabaron Break it all. También, a cómo Hugo y Osvaldo Fattoruso quedaron marcados para toda sus carreras luego de esta composición a los diecinueve años, cuando imitaban tan bien a The Beatles y muchos pensaron que la canción era de los cuatro de Liverpool.
La tercera parte es un tanto más oscura. Hasta aquí, cada hit parece independizarse y transitar su propio camino, muchas veces a pesar de sus propios creadores. “Qué sponsor la muerte” nos acerca a Príncipe azul, y también al genio incomprendido, al loco, o tal vez ambas cosas, que fue Eduardo Mateo. El lado sombrío del artista relegado y su canción de cuna.
En la cuarta canción, el recorrido cronológico nos lleva a la dictadura militar y al grupo Rumbo. “Un cambio no se da por una canción”, pero la cantidad de significados y esperanzas que es capaz de contener un canto popular como A redoblar da cuenta del valor de resistencia que puede albergar un hit.
La última parte, “La fama es puro cuento”, corresponde a Brindis por Pierrot, compuesta por Jaime Roos a mediados de los años ochenta, e interpretada fenomenalmente por Washington “Canario” Luna. El contrapunto entre Jaime Roos y el Canario Luna se hace explícito a partir del montaje, entre lo que dice uno y lo que se muestra del otro, por ejemplo al hablar de la bohemia. Las realizadoras caen, por momentos, en el juego de querer hacer cantar a quien no quiere, y exponen más de lo necesario a un entrevistado que les abrió las puertas de su casa, a pesar de su tozudez.
El epílogo retoma la pregunta que ninguno de los cinco ejemplos logró contestar acabadamente: ¿qué tiene que tener una canción para trascender? “Hacerla bien, poner de uno lo mejor”, sintetiza el Canario. Al cerrar la historia mayor -aquella del país que no tenía canciones propias hasta que un hombre empezó a escribir una-, nos quedan los cinco temas retumbando en la cabeza, y la esperanza de que Claudia Abend y Adriana Loeff se propongan una continuación a semejante recorrido.
Por Pablo Russo
Ficha técnica:
Ficha técnica:
*Dirección: Claudia Abend, Adriana Loeff. *Guión: Claudia Abend, Adriana Loeff. *Fotografía: Amaral García, Pedro Luque. *Montaje: Claudia Abend. *Producción: Claudia Abend, Adriana Loeff. *Origen: Uruguay. *Duración: 86 minutos.