En su primer documental, Buscando a Reynols (2004), Néstor Frenkel ofreció un nuevo aliento al panorama del cine documental argentino. Con un estilo que oscilaba entre lo apócrifo y el enrarecimiento, este retrato de la banda de rock experimental Reynols supo colocar la pasión en primer término: la pasión de los músicos por crear y hacer música.
En Construcción de una ciudad (2007), Frenkel redobló su apuesta. Con un estilo más sólido, el retrato se multiplicó para exponernos a los pobladores de la desaparecida, trasladada y reconstruida ciudad de Federación en la provincia de Entre Ríos. Entre los entrevistados, uno sobresalía por el resto, y no es casual que Construcción de una ciudad inicie con él. Amateur, entonces, puede ser vista como una expansión y a la vez una focalización del estilo de Frenkel.
Pero que Amateur sea un desprendimiento de Construcción de una ciudad no significa que sea una obra menor o que esté en deuda con ella. Todo lo contrario; Amateur nos trae esas marcas ya vistas en Buscando a Reynols pero aquí han alcanzado una mayor depuración estilística. Claramente, con Amateur, Frenkel se consolida como realizador de cine documental, con un estilo que le es propio.
Construcción de una ciudad comenzaba con Jorge Mario, un ciudadano de Concordia, que había realizado, junto a su mujer Ofelia, un documental en Súper 8 sobre la ciudad de Federación antes de ser ésta demolida. En los primeros minutos del film de Frenkel, Jorge Mario se muestra como un director seguro y con oficio, amateur pero con pasión por su obra. Con él, Frenkel creyó haber encontrado el personaje para su siguiente film. En ese sentido, Amateur no se presenta como una continuación o una extensión de la anterior obra, sino que posee vida y fuerza propia.
El documental se inicia con una compilación de películas Súper 8 a modo de prólogo. En él, queda registrado el tono que mantendrá toda la película: humor y nostalgia. Si bien no es una nostalgia como la de Construcción de una ciudad, ambas poseen la marca de añoranza de un tiempo mejor. En Amateur, aquel tiempo se encuentra marcado bajo una frase del propio locutor del prólogo que, en un tono cómico y melancólico a la vez, afirma que en esa época se “jugaba a las películas con películas de verdad”. Pero el prólogo no sirve exclusivamente para instalar dicho matiz, también le permite a Frenkel hacer ingresar a un “autor” que tuvo su época dorada en aquellos tiempos: nos referimos, claro está, a Jorge Mario.
Amateur posee dos líneas argumentales que se relacionan entre sí, ya que ambas poseen al mismo protagonista. Por un lado, se desarrollan las diversas y disímiles tareas que este odontólogo entrerriano – devenido director de cine amateur… o maestro boy scout… o periodista de radio… o jugador de paddle… o novelista… o coleccionista “de cosas”… – realiza en su ciudad natal. De esta forma, Frenkel nos revela al personaje en sus variadas facetas, personaje que se hace prontamente querible.
La otra línea argumental es la cinematográfica, que se despliega a partir de varios elementos. Sin embargo, no debemos olvidar que Jorge Mario es un cinéfilo empedernido y pasional, que lleva adelante su cinefilia con gran obsesión. En esta sintonía, Mario nos muestra, presentándose casi como un diálogo entre espectador y autor – o como una pista de comentario de DVD – su filmografía. Aquí también apreciamos a un hombre querible que apela a la pasión ante los límites de sus medios de producción.
Pero Jorge Mario no es un freak, tampoco es presentado de ese modo. Durante el reinado del Súper 8, este autor incursionó en diversos géneros: documentales científicos, el policial (del que luego novelizó), y dos grandes películas sobre vacaciones bajo el género “familiar turística” o “documental familiar”. Sin embargo, es el western el género más amado por Jorge Mario, y bajo esa forma, filmó sus obras más reconocidas, Winchester Martin y su posterior remake. El western, entonces, será el puente entre estas dos líneas argumentales ya que una se complementa con la otra; hacia el final estas se encuentran, poniendo en movimiento el deseo de Jorge Mario de realizar una nueva versión “moderna” de Winchester Martin (¿estamos frente a una ficción?).
A pesar de su amateurismo, no es un improvisado. Siempre secundado por su mujer, Ofelia, Jorge Mario es un hombre que aprendió el oficio mirando. Las observaciones críticas que hace sobre sus propias producciones nos demuestra el ímpetu y la tenacidad con la que Mario encaró cada producción; incluso los títulos, el logo de su “productora” o los gráficos y mapas explicativos conllevan todo un arte al cual Jorge Mario le presta suma dedicación. Esto lo ha llevado a modernizar los títulos de su magnum opus para darle unos más vistosos.
Amateur, entonces, se presenta como un raro documental donde se conjuga la observación y la participación implícita del realizador. Si bien Frenkel no aparece delante de la cámara, la participación del realizador se hace evidente dejando de lado su posición de mero observador. Es que Jorge Mario es un personaje activo, gustoso de las cámaras, llevando a que una y otra vez se devele el dispositivo cinematográfico, quebrando en varias oportunidades el supuesto contrato de objetividad entre realizador-documental-espectador. Mario no es un observado más, lo vemos absolutamente consciente de la cámara, sugiriendo planos o bien cuidando el encuadre del propio Frenkel.
Si ya en Buscando a Reynols Frenkel transitaba en la frontera del documental y la ficción, en Amateur vuelve a empujar esos límites. Aquí, como en sus otras dos obras, Frenkel coloca especial atención al tratamiento creativo antes que a la realidad en sí. Basta con detenerse en dos secuencias muy particulares: su práctica como odontólogo o el clímax de sus actividades y récords. Así, la marcada puesta en escena hace que encontremos más puntos en común con la estética “anti cine directo” propuesta por el primer Errol Morris en Gates of Heaven (1978) que con la tradición documental argentina. Recordemos que en aquel film, Morris nos ofrecía retratos de diversos personajes bajo una marcada puesta en escena, colocándose en la vereda opuesta a las modas del cine documental norteamericano de su tiempo.
Desde ya que esto no le quita su poder documental. En Amateur Frenkel ha sabido traer nuevos aires al panorama de la no ficción local para presentarnos a un hombre común atravesado por su pasión: el cine. |